Dos cosas no pueden ocupar el mismo espacio en el mismo momento.
Nada. Por mínima que sea una partícula. Esto hace que, literalmente, nuestros puntos de vista sean todos distintos. Somos únicos aunque todos partamos del mismo punto en el universo: el Planeta Tierra, en el que tú eres un punto. Una idea es un punto en tu mente. En la ejecución de esa idea, el punto se vuelve línea. ÉSA es la diferencia. Ejecuta, ves el mundo diferente.

La vida es una línea que empieza y termina con puntos. Uno al inicio y otro al final. Mantenerte estático te vuelve insignificante. Muévete, transfórmate, conecta, avanza. Naciste con una característica: eres irrepetible.

Eres un punto, inicia tu movimiento. ¿Hacia dónde? Qué más da. Las líneas pueden ser tan gruesas o delgadas como quieras, pueden ser curvas, pueden ser rectas, pueden ser mixtas, largas y cortas; crear inclinaciones, dar profundidades, generar dirección, sumar o restar a la complejidad y a la sencillez. La línea da forma, las líneas se intersectan y cambian de rumbo.

Las líneas hacen caminos.